El verano que cumplía seis años, mi madre, harta de que no la dejase dormir la siesta, puso en mis manos algo que cambiaría mi mundo para siempre: un ejemplar de la colección de novelas protagonizada por la intrépida chica detective Trixie Belden. Sus misterios me convirtieron en una lectora voraz y treinta años después sigo robándole horas al sueño solo por un capítulo más… O dos.
Dicen que si sales ileso de un libro es que nunca has entrado.
Estos son diez de los libros que más me han marcado en estas tres décadas como lectora empedernida, los diez que primero vendrían a mi mente si me pidiesen una recomendación. Sin orden de lectura ni de importancia. Solo mis imprescindibles.
LA SOCIEDAD LITERARIA Y DEL PASTEL DE PIEL DE PATATA DE GUERNSEY
(Mary Ann Shaffer y Annie Barrows)
Mi libro favorito. Un flechazo en forma epistolar. ¿Podemos recuperar la costumbre de escribir cartas, por favor? Me encantaría que me recomendaseis novelas epistolares…
UNA HABITACIÓN PROPIA
(Virginia Woolf)
“No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente” es uno de mis mantras y su autora, Virginia Woolf, expone en este ensayo que «una mujer debe tener dinero y una habitación propia para poder escribir novelas». Válido para cualquier emprendimiento.
LA SAGA HARRY POTTER
(J.K. Rowling)
¡Es leviosa, no leviosá! Porque, sin Hermione, Harry habría muerto en el primer libro y porque Rowling creó un universo paralelo alrededor de Hogwarts, la saga Harry Potter es indispensable para cualquier amante de la lectura. Y no, no son libros para niños.
LA VOZ DORMIDA
(Dulce Chacón)
Solo recuerdo la impotencia y el dolor que sentí durante todo este duro pero maravilloso relato de uno de los episodios más negros de la historia de nuestro país. Llorar dificulta la lectura, pero es imposible no hacerlo con esta novela.
EL ÚLTIMO CATÓN
(Matilde Asensi)
Tras leerlo, se convirtió en mi regalo comodín para cumpleaños, amigos invisibles y demás compromisos. Lo leí cuando todo el mundo estaba subido al barco de El código Da Vinci y es muchísimo mejor. La segunda parte, una de las mayores decepciones de mi vida…
LA CASA DE LOS ESPÍRITUS
(Isabel Allende)
No es que hayan dos partes, es que yo me leí el que Planeta DeAgostini sacó a la venta en kioscos como parte de una colección de Isabel Allende y, por eso de enganchar suscriptores, lo editó en dos números diferentes. La novela: MAGIA, PURA MAGIA.
UNA MUERTE SIN NOMBRE
(Patricia D. Cornwell)
La primera novela que leí de quien se convertiría en mi personaje favorito: la Dra. Scarpetta. Fan, fan, pero fan de póster de Kay y enamorada hasta la médula de Benton Wesley. En esta aparece, probablemente, el mejor villano de la historia de la novela negra.
LA REINA DEL SUR
(Arturo Pérez-Reverte)
Estoy haciendo de tripas corazón para poner esta novela en la lista, pero cuando la leí aún no existían las redes sociales y Arturo Pérez-Reverte no hacía gala de su misoginia ante cualquiera con acceso a un teléfono móvil. México retratado entre tequilas, corridos y cárteles del narcotráfico.
EL TIEMPO ENTRE COSTURAS
(María Dueñas)
Más allá de la apasionante historia de vida que relata, me enamoró la forma de escribir de María Dueñas. Es uno de esos libros que te demuestran la importancia de las versiones originales también en la literatura, por muy buena que sea la traducción.
EL PRINCIPITO
(Antoine de Saint-Exupéry)
No, este tampoco es un libro para niños. O quizás sí. Porque educar en los valores de El Principito debería ser una asignatura obligada. Y porque ninguno deberíamos olvidar que todos los mayores hemos sido primero niños -pero pocos lo recordamos-.